sábado, 23 de marzo de 2013

Placeres Gastronómicos, la olla de la Pasión.

El calor en los hogares, trajín de trajes y las planchas echando humo. Revuelo de madres, abuelas, y tías que con la paciencia que pide la norma, te visten despacio porque tienes prisa.

El capirote espera en al zaguán, los zapatos limpios, me olvido la medalla, hazme el nudo de la corbata. La maza del bombo, el cíngulo, la capa, voy bajando, me cojo un rosco, luego nos vemos.


El rosco que se ha cogido está recién hecho, salido de una sartén repleta de aceite de oliva, y huele fuerte en la cocina, a la canela tostada. Vemos brillar el azúcar justo antes de que el rosco rece por sus pecados antes de ser devorado por un impaciente penitente que se quema la lengua. Sonríe y después del beso de rigor, sale corriendo, porque le esperan abajo. Y esa madre vuelve la plancha, porque queda la mantilla de su hija... caso aparte en el mundo de las complicaciones y orgullos.


En la olla de la cuaresma, incluida la semana de Pasión, se cuecen los más secos dulces, los bollos más aceitosos, y la carne y el pescado se alternan en un "quítate tú para ponerme yo". Y se contraponen a la abundancia carnavalesca. Tradición medieval que incluía el ayuno en el miércoles de ceniza, y la omisión de la carne los viernes de Cuaresma. Mi Viernes Santo, es también un Viernes de Cuaresma.


Ayer pregunté en Twitter :




Me sirve de recordatorio. Este blog tiene cuenta de Twitter, que además será muy necesaria para estos días que desde hoy afrontamos.

La cuenta es @cirioycirineo , os animo a seguirla!

Hablando de seguir, sigo.


A raíz de mi sencilla pregunta en la cuenta del pájaro azul, hubo respuestas de buenos amigos, y para todos los gustos. Esa pregunta que lancé al aire tiene tantas respuestas como pueblos pueblan la "Piel de Toro".


Ahora pasaremos a relataros unos pocos ejemplos de este gran jardín de nuestra gastronomía ibérica.




Mi amiga @PaaulaAbad nos habla de los pestiños.


250 ml vino fino
125 ml aceite de oliva virgen extra
1 cáscara naranja
50 g ajonjolí tostado
3 clavos
1 cucharada canela molida
1/2 kg harina de fuerza
1/2 cucharadita sal
ceite de oliva para freír
azúcar para rebozar
canela para rebozar



El gran Javi Vázquez, @periodistaslow del programa Escúchate de Aragón Radio, nos recuerda las torrijas y la leche frita. Tenemos que advertir que las torrijas, junto a los pestiños, recorren como la "ardilla, de árbol en árbol" la geografía española de norte a sur, durante todo el año y más concretamente en Semana Santa.
Él nos recuerda, que hace estos postres, "según la receta de su abuela" . Mágica frase ante la que no debemos mencionar más palabra. Palabra de sabia.

Pero os dejo aquí  una receta de torrijas.

"dulce típico de las celebraciones de Cuaresma y Semana Santa en España, salvo en Cantabria, donde se hacen en Navidad. Consiste en una rebanada de pan(habitualmente de varios días) que es empapada en leche o vino con miel y especias, y, tras ser rebozada en huevo, es frita en una sartén con aceite. Se aromatiza, a gusto, con diversos ingredientes:canela o algún licor, y se endulza con miel, almíbar o azúcar. Es un alimento de origen humilde que satura pronto al comensal y su uso es costumbre en Cuaresma" (Wikipedia)




Desde Zamora, agradecemos mucho el apunte de nuestra amiga Ana Pedrero, @berrendita, autora de un monumental Blog de temática taurina que podéis visitar Aquí. Ágil , inteligente y pasional pluma, muy recomendable.

Gracias a ella conocemos, que en Zamora, que es tan solemne como los cimientos propios de Castilla, y tan bella como los pasos del siglo XIV que respiran su aire cada año y tan antigua Semana Santa como lo sea el Infante Don Sancho, hermano de Alfonso X, se toman las famosas Sopas de Ajo, las aceitadas y los rebojos.

Aceitadas de aceite, harina, azúcar, huevos y sus llemas, anís... Omnipresentes ingredientes en nuestra gastronomía repostera. Aporte calórico para el trabajo y para el pobre.

Con estos mismos ingredientes, y naranja o limón, se realiza una especie de bizcocho, muy tostado por la parte superior, llamado Rebojo.

Y la sopa de ajo, tan famosa, es esencia pura de la cocina castellana y "capilla sixtina" de nuestra ibérica gastronomía.




400 g. de pan de Otana de unos 3 días      
100 g. de manteca de cerdo
4 dientes de ajo
1 cucharada de pimentón
Sal

Pelar los dientes de ajo. Trocear el pan y echarlo en una cazuela de barro típica de Zamora cubriéndolo con agua caliente y disponiéndola sobre el fuego.
Mientras, en una cazuelita con manteca caliente, dorar los dientes de ajo. Retirar la cazuelita del fuego y machacar en un mortero los dientes de ajo junto con el pimentón.
Agregar a lo majado la manteca de freír los ajos y formar una pasta compacta. Espolvorear con sal.
Juntar esta pasta con el pan que se encuentra en la cazuela de barro. Dejar a fuego vivo unos 10 minutos, mezclando todo continuamente con una cuchara de palo.
Rebajar el fuego hasta dejarlo lento y terminar de hacer la sopa unos 15 minutos más. Servir la sopa de ajo en la misma cazuela.



En mi pueblo, Torredonjimeno, choque de árabes y castellanos, se mantiene la esencia aceitera por todas las alcuzas. 

El Viernes Santo, mi Viernes Santo, nos reunimos hermanos de Jesús a comer el Hoyo, tan simple como hacerle un agujero a un pepito y rellenarlo del milenario aceite, acompañarlo con habas frescas y crudas, tomate, agujetas, huevo, y lo que tu imaginación y paladar te ofrezcan, siempre dejando de lado la carne.

Y de beber... no podemos olvidarnos del tradicional ponche tosiriano. En una tinaja de barro se mezclan vino, gaseosas de limón, canela, melocotón en almíbar, vermú, azúcar. En este caso no os diré las cantidades, cada casa tiene su truco. Y os prometo que si pasáis por mi pueblo esta Semana Santa, y decís que venís de parte del que escribe este blog, daré de beber al sediento, y una rosquilla de acompañamiento.



En esto estaba, en recordaros lo más típico de la gastronomía de Semana Santa, según nos lo contaron nuestros seguidores de Twitter, pero abajo tenéis la posibilidad de seguir contando cosas. Regalándonos el paladar con vuestras infinitas exquisiteces culinarias. Esto es tan sólo una pequeña muestra.

Dinos qué recuerdas, que olores te son familiares, que tacto tienen los bollos, y cómo cruje una capa quemada de azúcar.

Corre, no te entretengo más, que esto empieza, y se te queman las alcachofas!




                                                                                                                                       

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